martes, 31 de enero de 2012

Ahora me doy cuenta, ahora lo entiendo y todo encaja. La posibilidad de quedarme despierta hasta altas horas de la madrugada me ha dado la oportunidad de ordenar todo ese caos mental que me rodeaba. Y me encanta, esa sensación que me inunda, de pluma, de hoja que cae ligeramente navegando por el aire hasta acostarse en el suelo. Estoy relajada, tranquila, y sonrió con facilidad. Ya no hay presión en el estomago. Vivo despreocupada.


Ya no hay nada, y eso es perfecto.

http://unayonkidelafelicidad.blogspot.com/

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